En ese contexto sitúa el preso la huelga de hambre iniciada, la tercera en tres años. «Tengo que hacer algo», refirió De Juana a su abogado, quien le encontró «dentro de la normalidad. Estaba muy tranquilo, tenía la voz fuerte, pero era el primer día», añadió Reizabal.
Las portavoces de la izquierda abertzale Marian Beitialarrangoitia y Mariné Pueyo se refirieron ayer a la huelga de hambre emprendida por Iñaki de Juana para valorar, «más que la huelga de hambre en sí, que es una decisión que toma él libremente, la necesidad de analizar lo que está ocurriendo en torno a su caso, la grave persecución de la que está siendo objeto por parte de algunos medios e incluso parte de la clase política».
Se refirieron en este sentido «a ésos a los que se les llena la boca de derechos humanos», a los que preguntaron «si una vez cumplida la pena impuesta esa persona -a quien el PP de Donostia quiere declarar `persona non grata'- no tiene derechos, ni tampoco los tiene su familia, porque parece que no los tiene».
También cuestionaron si «el futuro que se tiene que construir en este país, algunos lo quieren construir dejando a un sector de la ciudadanía fuera o haciendo persecuciones de este tipo».
En el contexto de la política penitenciaria, añadieron que «seguramente del caso de Iñaki de Juana podríamos hablar muchas cosas, incluso el propio Gobierno Vasco decía esta semana que se han superado todos los límites. Hace mucho se superaron los límites, no esta última semana».
Según las representantes independentistas, «mientras se siga intentando que en este país se vaya construyendo por medio de una política penitenciaria que, más que preservar los derechos de las personas, los conculca sistemáticamente, la verdad es que no son las bases que necesita este país para su futuro».
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