Mediante este escrito queremos manifestar nuestra sorpresa por la publicación de a "Carta desde el mako". Como colectivo con distintas sensibilidades, las reacciones han sido diversas. Pero finalemente hemos llegado a dos conclusiones.
La primera es que no nos parece adecuado este canal para la difusión de este ripo de información. En esta época tan represiva el enemigo puede utilizar esto para castigar aún más a nuestros familiares secuestrados y a nosotros mismos. Pero comprendemos -aunque no compartimos- las razones que han llevado a tomar esta media. Desde hace tiempo los familiares y amigos estamos demandando un mayor compromiso de la sociedad para solucionar el gravísimo problema de los presos políticos vascos. En nuestras reuniones hemos denunciado muchas veces el peligro de que nuestras movilizaciones se han convertido en parte del paisaje de nuestro país. Anecdóticas y estériles. Las iniciativas llevadas a cabo no han tenido resultados visibles. Hoy en día las cárceles españolas y francesas tienen más presos políticos que nunca. Las concentracioens llecvaxas a cabo este viernes para exigir la liberación d elos presos gravemente enfermos dejaron el mismo sabor amargo. Aunque nos reconfortamos mutuamente, los familiares y amigos sentimos que nos estamos volviendo invisibles ante la sociedad. Este sentimiento está arraigando en michos herrialdes. Nuestras quejas a veces han sido confundidas con discursos derrotistas. Pero son sólo lo que son. La expresión de nuestra preocupación ante la falta de autocrítca.
Por eso comprendemos aquellas iniciativas que tratan de despertar las conciencias adormecidas. Si queremos llegar a la sociedad no podemos seguir viviendo en esta autarquía comunicativa. No podemos seguir organizando actos de autoconsumo. entendemos las palabras del compañeros secuestrado cuando dice que algunos caminos han quedado obsoletos o contaminados. De ahí nuetra segunda conclusión. Vivimos en una situación de excepción que exige conciencia y medidas oportunas y extraordinarias . Por eso el que hayamos decidido contestar desde la camaradería a nuestro compañero, con la confianza en que nuestras palabras tengan también eco. La voz de los familiares debe ser óída y retomar la dimensión que tuvo en su día. Debemos recobrar el espacio perdido estos años y volver a ser la referencia en la lucha por los derechos de los presos. Su voz, que es la nuestra, deberá llegar hasta donde hoy no llega para despertar a una sociedad aletargada.
En Bizkaia, a noviembre de 2008
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